Ahorrar dinero es un hábito, un hábito bien difícil de formar. Es mucho más sencillo si uno empieza desde chico. Yo, por mi parte, hubiera querido que mi jefecita – en paz descanse – me hubiera abierto una cuenta de ahorros cuando niño, así ahora de grande no me costaría tanto seguir mi plan de ahorros. Pero si eso me pasó a mí o te ha pasado a ti no quiere decir que los que vienen después tengan que pasar por lo mismo y crecer sin una educación financiera responsable. Después de todo, los escuincles… digo, los niños, son el futuro de México.
Puedes empezar enseñando a los chicos a ahorrar en una alcancía pero eso no va a tener el mismo impacto a que si los expones de una vez al sistema bancario mexicano. Una buena forma de hacer esto es con HSBC. Ellos tienen una cuenta para los peques, y los ni-tan-peques de la casa, para que puedan empezar a hacerse con el hábito de ahorrar desde ya. ¿Tu hijo adolescente quiere la consola de moda? Que ahorre. ¿Tu princesita quiere una nueva muñeca? Resiste esos ojos grandes y tiernos y hazla ahorrar.